Adicción a internet

Conseguí un puesto de vigilante nocturno en el que tenía mucho tiempo libre, comencé a jugar por una de estas aplicaciones en la que te regalan dinero para jugar y empecé a aficionarme. Cada vez jugaba más, dedicaba todo el tiempo a hacerlo y perdí el trabajo. Eso fue un punto de inflexión, a partir de ahí entendí que necesitaba ayuda y la busqué en Psicoveritas. Con EMDR dejé de jugar y retomé mi vida normal.

Mi hijo de 15 años empezó a jugar por Internet con sus amigos, él es muy tímido y en esta modalidad se sentía seguro al no tener que enfrentarse físicamente a nadie. Al principio me pareció bien, pero llegó un momento en que no salía de la habitación y se ponía agresivo si le decíamos algo. Le quitamos internet y se puso tan violento que tuvimos que llamar a la policía. No quisimos denunciarle, pero la condición era que fuera a ver a un psicólogo. Lo llevamos a Psicoveritas y, al principio ni nos hablaba y lo poco que decía era que nos odiaba, pero poco a poco entró en razón, dejó su adicción y le ayudaron también en sus habilidades sociales.