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El Blue Monday o lunes triste, correspondiente al tercer lunes de enero es, teóricamente, el día más triste del año.

Este dato no cuenta con suficiente evidencia científica que lo respalde, dado que el común de la población y las vivencias de cada individuo, son sumamente dispares.

Sin embargo, sí que existen ciertos factores que convergen alrededor de dicha fecha, como son los excesos navideños, ya sea a nivel económico o alimentario, que nos dejan secuelas para afrontar la cuesta de enero y pueden incidir también en nuestra imagen corporal y satisfacción con la misma.

Del mismo modo, también inciden las altas expectativas depositadas en el cambio de año y sus propósitos, a veces inalcanzables, que son otra fuente más de frustración y malestar,  sumada a las anteriores.

Dicho esto, si este es su caso y se siente identificado con estas sensaciones en esta época del año, hay algunas cosas que podemos hacer para llevar mejor estos momentos, e incluso los futuros “Blue Monday” que nos surjan a lo largo del año.

En primer lugar es la atención a nuestro estado de ánimo, dado que, a veces, las fechas señaladas nos afectan en mayor medida por su carga e impacto emocional, pero nos sobrepasan por todas aquellas emociones que hemos tratado de reprimir previamente. En segundo lugar, una vez clarificado nuestro estado de ánimo debemos preguntarnos “¿Qué necesito?”, teniendo en cuenta aquellas opciones que nos son posibles y dependen de nosotros, como por ejemplo, hablar sobre la discusión con aquel familiar, dedicarnos un día de descanso, buscar momentos para estar más en familia, escribir una carta para aquella persona que ya no está con nosotros…

Del mismo modo, respecto a los excesos navideños y propósitos de fin de año, es fundamental tener en cuenta las consecuencias que tienen  sobre uno mismo. Por ello, si no se han evitado dichos excesos, es importante no tratar de compensarlos con restricciones excesivas, a causa del daño que esto puede generar por el alto grado de exigencia, seguido de un periodo de descontrol. Lo que únicamente nos proporcionara malestar e insatisfacción con nosotros mismos o nuestra vida.

Por el contrario, sí podemos hacer un ejercicio de reflexión constructiva, en el que anotemos todo aquello de los que estemos satisfechos, lo que nos guste y nos haga sentir bien, y como mantenerlo o disfrutarlo más a menudo durante el próximo año. 

Así mismo, podemos anotar también aquellas cosas que nos gustaría conseguir y dependen de nosotros, ordenándolas por lo significativas que sean y redactar pequeñas conductas de nuestro día a día, de forma realista y paulatina, que podrían ayudarnos a estar más cerca de dichos objetivos. De este modo, se comienza el nuevo año con un ejercicio de gratitud y una actitud constructiva hacia el futuro, sin exceso de exigencia y frustración.

Bibliorafía

Flores Marín, A. L. (2015). # Blue Monday. El día más triste del año.

Goleman, D. (2010). La práctica de la inteligencia emocional. Editorial Kairós.

Hayes, S. C. (2013). Sal de tu mente, entra en tu vida. Desclée de Brouwer.

 


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