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Diferencias entre la comunicación verbal y la comunicación no verbal

Los seres humanos somos los únicos conocidos hasta ahora que utilizamos para comunicarnos los canales no verbales junto a los verbales.

La comunicación verbal es un instrumento comunicativo que permite representar objetos sin necesidad de que estén presentes en el momento de la comunicación. Además permite intercambiar información a cerca de elementos no tangibles, como las emociones o los sentimientos.

En la comunicación verbal, el lenguaje, es el factor más importante y se caracteriza por su evitabilidad y controlabilidad, pero aparte del lenguaje producimos y recibimos una gran cantidad de mensajes que no se producen con las palabras, es decir, la comunicación no verbal. Esta se compone del lenguaje corporal, los gestos, las
expresiones faciales y las posturas corporales.

Ejemplos de estas comunicaciones no verbales son la mirada, el movimiento del pelo, forma de sentarse, tono y ritmo de la voz, etc.

Las funciones de la comunicación no verbal están centradas en tres aspectos que representan en general, un apoyo a la comunicación verbal:

  1. La expresión de las emociones.
  2. El reforzamiento de la interacción interpersonal.
  3. La sustitución de la comunicación verbal por la no verbal.

También podemos destacar una función reguladora y adaptadora del lenguaje comunicacional, pero con una menor importancia que las tres citadas anteriormente.

Estas funciones principales de la comunicación no verbal comparten una serie de rasgos:

  • Carácter inevitable de la comunicación no verbal, pues los canales no verbales no se
    pueden impedir ni evitar a diferencia de la comunicación verbal.
  • Carácter incontrolable, pues la comunicación no verbal es innata y por tanto
    incontrolable.
  • Por último y no menos importante cabe señalar la veracidad de esta comunicación no verbal pues a diferencia de la verbal no se puede ocultar ni disimular, ya que ciertos gestos o expresiones son utilizados a diario por los sujetos en la interacción social.

Cerebro Límbico para procesar emociones

El cerebro límbico es el encargado de procesar toda la información que conocemos y que vamos aprendiendo a cerca de las emociones y situaciones emocionales que más nos han marcado a lo largo de nuestra vida. Es probablemente el centro de memoria del lenguaje no verbal y, algunos científicos como Ekman y Joe Navarro le llaman “el cerebro de la verdad”.

El sistema límbico además está conectado directamente al Sistema Nervioso Autónomo (SNA), que regula las funciones vegetativas y los músculos esqueléticos, que dan lugar a cambios visibles en el cuerpo cuando hay una activación emocional como en el ritmo respiratorio, en la frecuencia con que se traga la saliva y en la producción del sudor. Dichas alteraciones se producen involuntariamente cuando hay alguna emoción y son muy difíciles de inhibir, y por esto mismo, son muy confiables como índice de engaño.

Cambios en el funcionamiento del SNA

Los psicólogos a día de hoy no han conseguido ponerse de acuerdo sobre si a cada emoción le corresponde un conjunto bien definido de estos cambios corporales. Lo que si sostienen es que los cambios en el funcionamiento del SNA marcan la intensidad de una emoción pero sin decir cuál es. Piensan que es debido a que interpretan de forma diferente el mismo conjunto de sensaciones corporales si tienen miedo o rabia y no prueba que en sí misma varíe la actividad del SNA en uno u otro caso.

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