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En la mayoría de los casos, las familias que deciden adoptar lo hacen después de haberlo intentado por la vía biológica sin conseguirlo, lo que les supone una gran decepción y un desgaste importante a nivel psicológico. Pero en todos estos casos, el deseo de ser padres sigue presente en ellos con fuerza por lo que se deciden a ser padres por la vía adoptiva.

Nos referimos al embarazo adoptivo a todo el proceso que va desde la toma de decisión de adoptar hasta que se tiene al niño/a en brazos.

Todo este proceso está lleno de ilusión y esperanzas y los futuros padres suelen creer que la única diferencia entre hijos biológicos y adoptados es que no han sido engendrados por ellos, pero que le querrán igual que si lo hubieran hecho. Esto es verdad, el cariño es el mismo, pero existen varias diferencias entre el embarazo biológico y el adoptivo.

embarazo

Señalamos estas diferencias a continuación: 

  • Tiempo de embarazo: la duración del embarazo biológico está bien definido, son aproximadamente 40 semanas, y en este tiempo se somete a un seguimiento médico para valorar cómo se va desarrollando el bebé, si será niño o niña y en qué semana exacta está. La actividad relacionada con el embarazo es constante, ecografías, análisis, más cuidado en la alimentación, paseos, sentir al bebé dentro de la tripa, etc.

La mente se ajusta para los 9 meses de espera, y el saber el tiempo que queda para ver al bebé hace que la espera no se convierta en un factor ansiógeno.

En el embarazo adoptivo el tiempo es indeterminado, pueden pasar desde 10 meses a 6 años, y en algunas ocasiones se alarga a más de 10 años, dependiendo del país y de las modificaciones que estos vayan haciendo en las demandas a los solicitantes o en las circunstancias de cada país en momentos determinados.

En un principio, el embarazo adoptivo comienza con mucha actividad, los futuros padres tienen que cumplimentar y obtener los requisitos que necesitan para obtener el Certificado de Idoneidad. Pero una vez que lo tienen la actividad para y pasa el tiempo sin que sepan nada de su futuro hijo.

En ocasiones el Certificado de Idoneidad caduca y tienen que volver a obtenerlo. La ansiedad suele ser una compañera en este tiempo de espera, ansiedad que, dependiendo de cada persona, puede llegar a desestabilizarla. 

 

  • El cuerpo: El cuerpo de la mujer cambia y se somete a exploraciones médicas para determinar la evolución de su bebé.  Hoy en día, con los avances tecnológicos, puede escuchar su corazón y verle a través de ecografías en cuatro dimensiones. El vínculo afectivo, de madre a bebé y de bebé a madre, se genera desde la estancia de dicho bebé en el útero.

La madre adoptiva no ve ni siente a su hijo hasta que se lo asignan y le mandan su foto. Algunas mujeres sienten que desde ese momento establecieron un vínculo muy fuerte con él, pero no siempre es así. Algunas mujeres establecen dicho vínculo cuando ven a su hijo por primera vez, y otras cuando llevan un tiempo con él.

 

  • La edad del hijo: En el embarazo biológico, la edad no es ninguna incertidumbre, pero en el adoptivo, la edad del futuro hijo suele estar en un intervalo de entre 3 o 4 años, con lo que es mucho más difícil hacerse una idea de cómo será. Esto suele ser también un motivo de ansiedad, pues es muy diferente que tu hijo tenga 13 meses a que tenga 4 años y 11 meses.

 

  • Evaluación psicosocial para ser padres: como se ha visto, los padres adoptivos necesitan pasar por una valoración psicológica para determinar si tienen capacidad de parentalidad para adoptar. Esto es algo que les suele producir malestar, refieren que a los padres biológicos nadie les examina y sin embargo también se debería hacer porque algunos no tienen la capacidad para tener hijos. Eso es verdad… pero no sería posible controlarlo. 

 

  • Vinculación biológica vs adoptiva: Generalmente, en el caso de la familia biológica, especialmente la madre, va generando un lazo afectivo con su hijo desde el momento en que conoce la noticia del embarazo. Se siente ilusiona con el bebé que lleva dentro y poco a poco ese vínculo se fortalece. Hoy en día múltiples estudios confirman que el bebé dentro de la madre reconoce su voz y puede percibir algunas de sus emociones. Esto hace que el vínculo afectivo sea bidireccional, de madre a hijo y de hijo a madre. 

Las madres adoptivas también generan un vínculo de afecto hacia su hijo, pero este puede instalarse de diferentes formas. Algunas en cuanto ven la foto de la asignación, sienten que ya es su hijo, otras necesitan más tiempo y no lo consideran como tal hasta que lo ven en persona, y otras necesitan un tiempo para incorporar a ese “extraño” a la familia. Todas las formas son igual de lícitas.

 

  • Historia preadoptiva: esta es una de las grandes diferencias entre hijo adoptado e hijo biológico, este viene al mundo sin ninguna carga afectiva ni historia, pero el hijo adoptado tiene una historia previa a la que hacer frente. Aun en el caso de que la adopción se haya dado a las pocas horas del nacimiento, ese bebé ya tiene dos padres y dos madres y una historia de abandono. 

 


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