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Es frecuente ver bebés que caminan de puntillas, es un hábito común en los bebés que comienzan a caminar y suele ser considerado normal hasta los 2 años. Si después de esta edad siguen caminando de puntillas habrá que valorar cuál puede ser el motivo.

¿Qué es el Reflejo de Babinsky?

En primer lugar, hay que descartar que el niño tenga un problema físico para lo cual es necesario acudir al pediatra quien valorará si hay un problema en el desarrollo del niño o un acortamiento del talón de Aquiles.

A veces la causa de que un niño camine de puntillas se debe a que aún conserve un reflejo primitivo, en concreto el Reflejo de Babinsky. Este reflejo se desarrolla durante el primer mes de vida y debería integrarse a la edad de 2 años.

Al estimular la parte externa de la planta del pie desde el talón al dedo meñique, el dedo gordo se levanta y el resto de los dedos se extienden.
El Reflejo Babinsky se inhibe cuando el bebé se arrastra, sobre los 7 meses.

Cuando el bebé repta se impulsa con el dedo gordo del pie para avanzar hacia adelante. Los niños que no hayan reptado siendo bebés pueden tener este reflejo activo y puede que se sientan más cómodos caminando de puntillas ya que al poner toda la planta del pie en contacto con el suelo sus dedos se disparan en direcciones opuestas.

Los bebes al caminar de puntillas evitan a su vez que el

Reflejo de Babinsky se integre.

Para inhibir esta acción refleja el mejor ejercicio es de arrastre contralateral, es decir, al moverse para avanzar con el pie derecho el niño debe ayudarse con la mano y brazos izquierdos y viceversa.

De este modo se integrará el Reflejo de Babinsky y ya no sentirá la necesidad de caminar de puntillas.

Si con este ejercicio no se integra, sería conveniente hacerle una valoración para ver si hay otros reflejos activos y para que con ayuda profesional lo integre totalmente.

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