APRENDER SIN ESTUDIAR
Actualmente vemos niños que tienen un cierto retraso en el neurodesarrollo, lo que les ocasiona dificultades en el aprendizaje y en algunos comportamientos, como son sacar la lengua cuando escriben, sentarse en forma de w, hacerse pis, miedos exagerados, y otros. Estas dificultades se tratan de corregir con mayor tiempo de estudio, con sesiones de logopedia, o de psicopedagogía, pero no suelen dar mucho resultado cuando el inmaduro cerebro del niño no puede asumir retos para los que no está preparado.
Nuestra experiencia con niños adoptados es que la mayoría de ellos (por no decir todos) tienen cierta inmadurez en su neurodesarrollo, y por lo tanto problemas en el aprendizaje. La terapia de Movimientos Rítmicos que explicamos a continuación les ayuda a mejorar sus problemas escolares y de comportamiento.
Como es bien sabido el desarrollo de los primeros años de vida, en especial los tres primeros, tiene una importancia demostrada en el desarrollo posterior de la persona en diversos aspectos.
Desarrollo del sistema nervioso
El Sistema nervioso comienza a desarrollarse muy temprano en la vida embrionaria. A las 8 semanas después de la fecundación el cerebro comienza a tomar apariencia humana. Los primeros órganos se desarrollan en el primer trimestre del embarazo. Sin embargo el 85 por ciento del crecimiento del cerebro se lleva a cabo después del nacimiento. Los primeros meses de vida implican un crecimiento más activo y el cerebro es más vulnerable a las influencias ambientales. En el recién nacido se generan 4,7 millones de conexiones neuronales por minuto. El desarrollo del cerebro es un proceso que necesita estimulación que el bebé recibe a través de los diferentes sentidos: vestibular, kinestésico, auditivo, táctil, visual…y también a través de los movimientos que el bebé realiza de manera espontánea gracias a un programa innato que le ayudará a seguir la secuencia de las fases del desarrollo como levantar la cabeza, voltearse, reptar, etc.
Al nacer, el bebé debe sobrevivir en un entorno nuevo para él y muy diferente al medio en el que se ha desarrollado hasta el momento del parto. En el útero materno el feto tenía sus necesidades cubiertas: alimento, oxígeno, temperatura adecuada, etc. Al nacer debe comenzar a respirar por él mismo y a succionar para poder alimentarse. El medio acuático en el que se ha desarrollado ha sido sustituido por el medio aéreo en el que el bebé no sabe moverse. Gracias a los reflejos primitivos el bebé puede realizar los movimientos que le ayudarán a acceder a la fuente de alimento, respirar por él mismo y comenzar a moverse en el espacio, entre otras cosas.
Qué son los reflejos primitivos
Los Reflejos primitivos son respuestas automáticas a determinados estímulos, que no necesitan participación de la voluntad. Están dirigidos por el tronco del encéfalo, que es una estructura cerebral que muestra un funcionamiento óptimo al nacer, mientras otras estructuras cerebrales necesitan más tiempo para madurar. El tronco encefálico se encarga de mantener las funciones básicas para la supervivencia, como la respiración, el ritmo cardíaco así como la activación de los reflejos primitivos.
Los reflejos primitivos aparecen cuando el feto se encuentra en el útero. El primero en aparecer es el reflejo de Moro, entre las 9 y 12 semanas tras la concepción.
Los reflejos primitivos deber estar desarrollados en el bebé a término, a las 41 semanas de gestación. Ayudan a bajar por el canal del parto y a sobrevivir en las primeras semanas de vida mientras se van creando las conexiones neuronales que harán madurar el cerebro. A medida que el cerebro madura los reflejos primitivos se inhiben, entre los 6 y 12 meses de vida.
Importancia de los reflejos primitivos
Los reflejos primitivos proporcionan un entrenamiento básico para la adquisición de habilidades voluntarias posteriores. A medida que se inhiben durante el primer año de vida, se irán desarrollando los reflejos posturales, mediados por zonas superiores del cerebro y permitiendo la aparición de movimientos controlados (movimiento voluntario y control postural). Esta transición de reflejos primitivos a posturales se lleva a cabo el primer año de vida y de forma gradual, como resultado de la maduración del sistema nervioso central, en parte dependiente de las condiciones ambientales.
En los casos en que no ha habido condiciones óptimas en el desarrollo del bebé, como ocurre en muchos niños adoptados, los reflejos primitivos siguen activos más tiempo del necesario, lo que significa que existe una inmadurez en determinadas áreas cerebrales y dan lugar a patrones de comportamiento inmaduros. Impiden el adecuado desarrollo de los reflejos posturales que son la base para el control del equilibrio, la postura y el movimiento. Todo ello puede repercutir en el desarrollo general de la persona, afectando el desarrollo del aprendizaje cognitivo y la regulación emocional.
Los niños con reflejos primitivos activos no automatizan algunos procesos por lo que deben realizar un gran esfuerzo en determinadas tareas, lo que les puede llevar al agotamiento. Este esfuerzo extra lo siguen realizan algunos adultos que han ido compensando las dificultades con su fuerza de voluntad pero que podrían evitar con la integración de los reflejos primitivos aún activos.
Por qué los reflejos primitivos están activos más tiempo del necesario
Como se ha señalado anteriormente hay diferentes causas que pueden explicar esta circunstancia, y podemos resumir en los siguientes:
– Problemas médicos de la madre durante el embarazo. Si la madre no ha tenido las condiciones favorables para llevar un embarazo óptimo, con la presencia de estrés, sobre todo durante las últimas semanas del embarazo, infecciones víricas, sobre todo durante los primeros meses de embarazo, la presencia de sustancias tóxicas en la madre, como drogas que afecta al desarrollo del feto, presión arterial alta, etc.
– Problemas relacionados con el parto, como pueden ser nacer antes de tiempo o embarazo prolongado, parto difícil, parto por cesárea o bajo peso al nacer.
– Problemas después del parto, como dificultades en la alimentación, presencia de frecuentes cólicos, falta de estimulación, problemas de sueño, ambiente estresante, etc.
Cómo podemos saber si un niño tiene reflejos primitivos activos
Para saberlo tenemos que realizar una valoración activando dichos reflejos para ver si se manifiesta esa respuesta automática a la que nos hemos referido con anterioridad. Previamente podemos sospechar la presencia de reflejos primitivos conociendo los síntomas que los niños manifiestan cuando acuden a la consulta. La presencia de cada uno de los reflejos está asociado a determinados síntomas. Cuando existe un grupo de síntomas que nos hagan sospechar de la presencia de los reflejos realizamos una recogida de información más exhaustiva sobre los antecedentes del desarrollo del niño y procedemos a la valoración de los reflejos primitivos.
A modo de ejemplo podemos nombrar el reflejo de Moro, que es un reflejo presente al nacer que cuya inhibición se espera entre los 2 y 4 meses de vida. Los estímulos que lo activan pueden ser varios, desde un estímulo vestibular (cuando la cabeza cae por detrás de la línea media del cuerpo y siente que pierde el equilibrio), sobre todo en los primeros días de vida, hasta cualquier acontecimiento sensorial repentino o inesperado (ruido, cambio de luz, estímulo táctil nocivo, cambio de temperatura, etc.) La respuesta física consiste básicamente en una excitación acompañada de apertura de brazos, inspiración rápida-congelación-expiración acompañada de sollozo, activa la respuesta de lucha o huída por lo que alerta al sistema nervioso simpático y da como resultado la liberación de adrenalina o cortisol al sistema, acelera la respiración, aumenta el ritmo cardíaco y la presión sanguínea.
Si el reflejo de Moro sigue activo más allá del tiempo estipulado puede tener consecuencias a largo plazo entre las que podemos señalar: problemas vestibulares, timidez excesiva, problemas oculomotores y de percepción visual, fotosensibilidad, confusión auditiva, alergias e inmunidad deficiente, baja resistencia y dificultad para adaptarse a los cambios.
Como se ha comentado más arriba cada reflejo primitivo activo tiene una serie de síntomas que nos hacen sospechar de su existencia así como de consecuencias en el niño o adulto que los tiene activos. A pesar de que hay muchos síntomas que pueden alertarnos sobre la existencia de reflejos primitivos activos, y por tanto de inmadurez en el neuro-desarrollo, vamos a indicar alguno de ellos: torpeza en los movimientos, como al andar en bicicleta o aprender a nadar, dificultades en el equilibrio estático, problemas de habla y de articulación, dificultad para permanecer sentado y necesidad de estar en movimiento y cambiando de actividad, mareos en los medios de transporte, dificultades para aprender a leer y/o escribir, lateralidad cruzada más allá de los 8 años, mala coordinación ojo-mano, sensibilidad excesiva a los sonidos, a estímulos táctiles, a las críticas, a la luz, etc.
A continuación exponemos brevemente la terapia de movimientos rítmicos cuyo objetivo es la integración de los reflejos primitivos.
Terapia de movimientos rítmicos
Esta terapia, que el doctor Harald Bloomerg lleva desarrollando durante más de 25 años en Suecia, utiliza movimientos rítmicos y presiones isométricas para conseguir la integración de los reflejos primitivos. Bloomerg se formó con diversos profesionales. Con Kerstin Linde aprendió los movimientos rítmicos que ella utilizaba en terapia, que imitan los movimientos rítmicos que los bebés realizan espontáneamente antes de ser capaces de levantarse y caminar. Son movimientos que implican a todo el cuerpo y con cuyo entrenamiento el cerebro aprende a controlar el cuerpo y los órganos motores, aplicando el nivel de tensión muscular que la persona necesita en cada momento.
En sus investigaciones Bloomerg observó cómo muchos niños a medida que realizaban la terapia y progresaban en sus habilidades motoras mejoraban también otras funciones como el habla, funciones emocionales y cognitivas, lo que le llevó a la conclusión de que el cerebro necesita la estimulación de la actividad motora para poder desarrollar y madurar. Gracias a dicha estimulación las diferentes partes del cerebro crean conexiones neuronales que hacen madurar las mismas.
Las presiones isométricas son especialmente útiles para los niños más mayores y los adultos, y el doctor Bloomerg la ha incorporado de la terapia de Svetlana Masgutova.
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