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TEAF

Los trastornos del espectro alcohólico fetal recogen distintas afecciones que presenta un niño como consecuencia de que su madre bebiera alcohol durante el embarazo. El alcohol provoca daños en el cerebro y otros órganos en el feto en desarrollo, que se pueden manifestar de distintas maneras: en la apariencia física, con dificultades y retrasos cognitivos, con problemas de conducta y emocionales…. Los síntomas y la gravedad pueden variar entre los afectados, y dependen de la dosis, el tiempo y el patrón de consumo de la madre. 

Dentro de los trastornos del espectro alcohólico fetal se encuentran: 

  • SAF (síndrome de alcoholismo fetal)
  • SAF parcial
  • ARBD (malformaciones congénitas relacionadas con el alcohol).
  • ARND (trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol). 

El SAF es la manifestación más grave. 

 

Características

Las principales características que encontramos son dificultades cognitivas, dificultades en el aprendizaje, sobre todo en los campos de memoria y comprensión, problemas de conducta, de gestión de emociones y de adaptación. Además, algunos casos presentan alteraciones físicas como características faciales (surco subnasal poco marcado, ojos pequeños…), cabeza de pequeño tamaño o estatura y peso menores que el promedio de su edad. 

 

Diagnóstico

TEAF

Para el diagnóstico y la diferenciación de estos trastornos se han establecido unos criterios internacionales (Hoyme, 2016). 

 

  • Así, para el diagnóstico de SAF completo tienen que darse los criterios de características físicas, retraso en el crecimiento y alteraciones neuropsicológicas: trastornos cognitivos, de aprendizaje, conductuales, emocionales y de socialización. 

 

  • Para el diagnóstico de SAF parcial tiene que estar presente alguna característica del SAF completo, pero no todas.

 

  • Para diagnosticar ARBD tienen que cumplirse los criterios de alteraciones físicas y malformaciones menores. 

 

  • Por último, para que haya diagnóstico de ARND tenemos que encontrar alteraciones neuropsicológicas, pero no alteraciones físicas. 

 

Un diagnóstico a tiempo y una buena intervención puede ayudar al desarrollo y la funcionalidad del niño, sin embargo, el TEAF no tiene cura. Esto se debe a que los daños son permanentes, pero el trabajo con los síntomas que se dan como consecuencia, es posible.

 

El SAF o TEAF es una enfermedad crónica en la que pueden tratarse los síntomas.

TEAF

El tratamiento recomendado es multidisciplinar, trabajando con un equipo de psicólogos, logopedas, educadores y pediatras. 

Desde la psicoterapia se puede trabajar la parte relacionada con las dificultades en el aprendizaje, las dificultades cognitivas (por ejemplo, de razonamiento), los problemas de conducta y socialización, o la gestión de emociones. Además, en muchos casos los niños que presentan TEAF son niños adoptados, y tenemos que tener en cuenta los problemas asociados al abandono que se suman a este diagnóstico a la hora de realizar la intervención. 

Por otro lado, el trabajo psicoterapéutico con la familia es muy relevante, ya que un ambiente estable en el hogar es un factor de protección en estos casos. 


 

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