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Educación muy rígida y culpabilizante

Muchas familias y/o culturas tienen valores negativos asociados a la sexualidad, por lo que transmiten a sus miembros que todo lo relacionado con el sexo es malo o pecaminoso, inculcándoles culpa y haciéndoles sentir que están haciendo algo muy malo cuando van a tener relaciones sexuales. Esto puede generar algún conflicto en las relaciones sexuales.

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Testimonios

M.E.

Mis padres eran muy religiosos y siempre hablaban del sexo como un pecado, veían pecado en cualquier cosa, a mi hermana una vez la llamaron puta por ponerse unos taconcitos. Yo no estaba de acuerdo, pero toda esa educación se me quedó grabada, y aunque tengo relaciones sexuales, las vivo como una obligación, por lo que las evito todo lo que puedo. Mi pareja lleva insistiéndome en que debo arreglar eso y al final me decidí a buscar un profesional que lo hiciera. Me recomendaron Psicoveritas, y aunque me daba mucha vergüenza) fui y conté lo que me pasaba. Logré separar lo que me habían metido mis padres en mi cabeza de lo que era el sexo y ahora lo puedo disfrutar.

D.L.

Fui a un colegio de monjas femenino durante todo mi periodo académico, hasta que no llegué a la universidad no empecé a relacionarme con chicos. La facultad me parecía un sitio pecaminoso, al ver cómo los chicos y chicas se relacionaban sexualmente sin problemas. Hice un grupo de amigas y amigos que me hicieron ver que no hacían nada malo, que el problema era mío. Pensé que quizá tenían razón, pero en mi cabeza el pecado siempre estaba presente. Cuando empecé a salir con un chico que me gustaba mucho, quise tener relaciones, pero no pude, mi cuerpo se encogía y nada de nada. Les dije a mis padres que quería ir al psicólogo porque no me sentía bien, la verdad es que se extrañaron, pero me llevaron a Psicoveritas. Con la técnica EMDR trabajé muchas de las ideas que tenía en la cabeza y que no me dejaban tener relaciones y al final no solo las cambié, sino que mi cuerpo también cambió y ya no se ponía en tensión cada vez que tenía sexo.

F.N.

Cuando estuve casada con mi marido, el sexo era algo que teníamos que hacer de forma programada, en función de los días que él marcaba por su agenda laboral, en función de su actividad me decía los días de esa semana que teníamos que tener sexo, daba igual si me apetecía o si no. Me separé hace 8 años y ahora, que tengo una nueva pareja, no quiero tener relaciones sexuales, lo siento como una obligación, aunque ya no es así, pero no lo puedo evitar. Como quiero mucho a mi novio pensé en que un psicólogo me podría ayudar y fui a Psicoveritas recomendada por una amiga. Hice terapia EMDR, que no sabía ni lo que era, y me fue muy bien. Ahora tengo relaciones con normalidad.

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