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Habilidades sociales

¿Qué son las habilidades sociales?

La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas.

Los déficits en habilidades sociales dificultan las relaciones interpersonales, la búsqueda de trabajo, la comunicación familiar, la resolución de conflictos, las actividades de ocio…; en definitiva, afecta al bienestar personal y a la calidad de vida.

¿En grupo o de manera individual?

El formato individual nos permite concentrarnos en los problemas particulares de la persona, observando de manera más específica su evolución. Además, puede ser conveniente cuando la persona presenta ansiedad excesiva, lo que puede impedir la adaptación al grupo.

El formato grupal nos ofrece la posibilidad de la práctica grupal de las habilidades adquiridas, el aprendizaje vicario, ofreciendo situaciones de integración reales y resultando más eficiente.

¿Cómo se evalúan las habilidades sociales?

Existen técnicas indirectas como la entrevista, el autoinforme de la persona sobre su habilidad social, ansiedad o cogniciones, así como el informe que puedan aportar terceras personas. Además, contamos con técnicas como la auto-observación, la observación por parte del terapeuta o el uso de pruebas que permiten conocer la conducta de la persona en un ambiente natural o artificial (role-playing).

¿Cómo se trabajan?

  • Instrucciones: se dan indicaciones concretas, ofreciendo información a la persona de manera que le permita moldear y perfeccionar la puesta en marcha de esas habilidades.
  • Modelado: la persona atiende a la ejecución de las conductas del modelo, así como a las consecuencias de estas.
  • Ensayo de conducta: la persona reproduce las conductas observadas previamente en el modelo. También se puede llevar a cabo a través de video-feedback, roleplaying, entrenamiento en imaginación o realidad virtual, entre otros.
  • Reducción de la ansiedad: a través de técnicas de relajación, mindfulness, yoga, meditación, biofeedback o EMDR, cuando la ansiedad está en la base de las dificultades en las relaciones sociales.
  • Reestructuración cognitiva de la forma de pensar en situaciones concretas, desarrollando un sistema de creencias que mantenga el respeto por los propios derechos personales y por los derechos de los demás. Es especialmente importante el entrenamiento en percepción social para atender e interpretar las señales interpersonales que descubren los sentimientos y los motivos de las otras personas y las variables del entorno que determinan la adecuación de las respuestas.
  • Entrenamiento en solución de problemas: percibir los aspectos relevantes, procesar esos valores para generar respuestas potenciales, elegir una respuesta y llevarla a cabo.

Es necesario tener en cuenta algunos componentes de la conducta interpersonal para poder entrenar las habilidades sociales. Por ejemplo, la mirada, la expresión facial que provee de información emocional, los gestos que permiten acentuar el mensaje, la postura que refleja actitudes y sentimientos, el contacto físico, el volumen de la voz, la entonación, la fluidez, el tiempo de habla o el contenido. Todos ellos aspectos muy importantes en el entrenamiento de habilidades sociales.

Se entrenan habilidades de escucha y habla orientadas al empleo de métodos positivos de comunicación y solución de problemas, sustituyendo estrategias coercitivas y de retirada del afecto, por otras más adecuadas (expresión de sentimientos…).

¿Cómo saber si mi conducta es socialmente hábil?

Las dimensiones de la conducta socialmente habilidosa reflejan los siguientes aspectos:

  • Iniciar y mantener conversaciones
  • Hablar en público
  • Expresar amor, agrado y afecto
  • Defensa de los propios derechos
  • Pedir favores
  • Rechazar opiniones
  • Hacer cumplidos y aceptar cumplidos
  • Expresar opiniones personales, incluyendo desacuerdo
  • Expresar molestia, desagrado o enfado
  • Disculparse o admitir ignorancia
  • Pedir cambios en la conducta del otro
  • Afrontar las críticas

¿Cuándo intervenir?

El entrenamiento en habilidades sociales se aplica, entre otras, en :

  • Ansiedad social.
  • Depresión. Basándose en la premisa de que la conducta depresiva está relacionada con el funcionamiento interpersonal inadecuado.
  • Problemas de pareja.
  • Abuso de sustancias. Cuando el consumo de drogas está asociado a escapar de situaciones de conflicto, expresar ira o quejas o desinhibirse.
  • Trastorno del vínculo
  • TDAH
  • TEA

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Testimonios

S.A.

Mi hijo tiene TEA. Queríamos que trabajara muchas de sus conductas y que pudiera estar más tranquilo. Nos preocupa que sufra. Ahora le vemos más tranquilo y se siente muy cómodo yendo a Psicoveritas.

V.J.M.

Siempre he sido muy tímida, todo lo que fuera expresar cómo me sentía o simplemente hablar me ha costado siempre muchísimo. En la universidad en las exposiciones me ponía a llorar. Esto ha sido un antes y un después.

A.G.

En cada trabajo por el que he ido pasando siempre he acabado en conflictos. Me costaba expresarme de forma asertiva. No era capaz de disentir sin generar mal ambiente. Muchas veces hacía trabajo que no me correspondía y no era capaz de defender mis derechos por miedo a un nuevo conflicto. Me di cuenta de que quizás había algo que yo podía hacer, pero necesitaba la ayuda de un profesional.

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