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Anorexia

La anorexia se caracteriza por la obsesión por bajar de peso, un estricto control sobre lo que comen, tendiendo a tirar comida, controlar las cantidades y calorías.

El hecho de bajar de peso puede hacer que se sienta mejor consigo misma, y que se valore como persona en torno a una imagen corporal.

Se empieza evitando las comidas que “engordan”, y perdiendo peso. Luego, se reduce la variedad de alimentos y se sigue bajando de peso. La persona a medida que baja de peso, se obsesiona más con su imagen corporal y se sigue viendo gorda o rechaza las partes de su cuerpo.

En la anorexia restrictiva no suelen darse episodios en los que se vomite, se restringe pudiendo llegar a poner en peligro su vida.

El 60% de los casos vomita en algunas ocasiones, y luego pasa a la bulimia.

Es un trastorno que suele comenzar en mujeres adolescentes, aunque también hay casos masculinos. El carácter de la persona puede ser exigente y perfeccionista, sensible, con necesidad de ser aceptada por los demás y baja autoestima. El sobrepeso en la infancia puede ser un factor de riesgo.

Algunos síntomas son:

  • Peso corporal mínimo inferior al adecuado para la edad y talla.
  • Miedo a aumentar de peso.
  • Distorsionar la imagen, verse fea, con más peso del que realmente tiene aunque el entorno lo vea.
  • Omisión de la regla.
  • Reducir alimentos calóricos.
  • Alteración del estado de ánimo de forma brusca.
  • Hiperactividad, apatía, depresión.
  • Rectitud para hacer ciertas cosas.
  • Preocupación intensa por la imagen, la comida y su cuerpo.
  • Aislamiento social.

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«Si cuando estás solo, te sientes solo, no tienes buena compañía. Jean P. Sartre.»

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Testimonios

L.O.

No fuimos conscientes de la dimensión del problema hasta que nos llamaron del Instituto porque A se había mareado y habían llamado al 112. Llevaba un tiempo que comía menos y es verdad que estaba adelgazando, pero estudiaba, sacaba buenas notas, aparentemente no tenía problemas y pensamos que era lo típico de la edad. No sabíamos que tomaba esas pastillas para adelgazar ni lo de los vómitos. No sé cómo no nos dimos cuenta antes. En Psicoveritas nos ayudaron a ver la situación y trabajaron las verdaderas razones por las que A hacía eso. Llegaron al fondo de la cuestión y ahora, con el paso del tiempo, vemos que no solo A está recuperada, sino que tiene las estrategias necesarias para enfrentarse a sus miedos y debilidades. Ha aprendido a conocerse y a gestionar su ansiedad

J.E.

Cada año que venía de campamento mi madre me miraba y me decía ¡ya bajarás esos kilos, no te lo puedes permitir! No quería ir a ningún campamento, ni salir fuera de casa a comer porque siempre tenía, aunque no estuviera delante, la mirada desaprobatoria de mi madre mirándome.

N.E.

Nada salía como yo quería. No caía bien, en los estudios me esforzaba como la que más. Aunque tenía buenas notas, pero nunca era suficiente para mí. Intentaba hacerlo todo a la perfección, y lo intentaba y lo intentaba con muchas ganas. Mi cuerpo tampoco era perfecto y yo lo quería. Empecé a pesarme todos los días al despertarme y me puse una meta. Entrenaba muy duro, pero no era suficiente. Así empecé a restringir cada vez más mi alimentación. En el médico avisaron a mis padres que si bajaba de un peso había que valorar, y yo justamente era lo que más deseaba, bajar de ahí. Lo necesitaba. Había días que no podía ni pensar, pero aun así la meta la veía fija. Acabé en Psicoveritas derivada por el médico. Yo no quería estar ahí, a mí no me pasaba nada. O eso pensaba. Poco a poco.

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